Me pasa algo, pero no sé cómo ponerle nombre
14 de julio de 2025
Cuando aprendí a hacerme pequeña…
25 de julio de 2025

18 de julio de 2025

Cuidar a todo el mundo me deja sin aire: sobrecarga invisible y agotamiento emocional

Estar al cuidado de quienes nos rodean puede convertirse en una responsabilidad constante que no dejamos de cargar. Queremos estar ahí para todos, pero esa entrega puede empezar a pesar tanto que nos deja sin aire, sin espacio para nosotras mismas.

La sobrecarga que no se ve, pero se siente

No siempre es fácil reconocer cuando cuidar a otros se vuelve una carga para nosotras mismas. La sobrecarga emocional muchas veces es invisible, pero el cuerpo la siente: el cansancio que no se va, la irritabilidad que crece, la sensación de que ya no queda energía para nada más.

Esta carga silenciosa puede pasar desapercibida porque pensamos que “así es la vida” o que “es normal sentirse agotada si estás cuidando a otros”. Pero cuando cuidamos sin parar y sin darnos tiempo para respirar, nuestra salud emocional y física comienza a resentirse.

Cuando el agotamiento emocional se vuelve un susurro en el cuerpo

El cuerpo es sabio y a menudo nos envía señales. Puede ser insomnio, tensión en el pecho, nudos en el estómago o una tristeza sin causa aparente. Estas sensaciones físicas son una forma que tiene nuestro cuerpo de decirnos “necesito atención”. Reconocer estas señales es clave para empezar a escucharnos y darnos el cuidado que necesitamos, antes de que el agotamiento se haga más profundo y difícil de manejar.

Darnos permiso para cuidarnos también es cuidar

Cuidar implica olvidarnos de nosotras mismas. Poner límites, parar, respirar y reconocer nuestra propia necesidad de cuidado no es egoísmo, sino un acto necesario para poder seguir acompañando a otros desde un lugar más sano y equilibrado.

Darnos permiso para cuidarnos nos ayuda a recobrar el aire, a sentirnos más fuertes y conectadas con lo que realmente necesitamos.

Respirar para reconectar con nosotras mismas

Cuando sientas que la sobrecarga te está dejando sin aire, prueba este sencillo ejercicio para recuperar el espacio y la calma:

  1. Busca un lugar tranquilo donde puedas sentarte cómodamente durante 3 minutos.
  2. Cierra los ojos y lleva tu atención a la respiración, sin intentar cambiarla, solo obsérvala.
  3. Inspira lentamente contando hasta 4, siente cómo el aire llena tu pecho y tu abdomen.
  4. Mantén la respiración contando hasta 4.
  5. Exhala despacio contando hasta 6, soltando toda la tensión que puedas
  6. Repite este ciclo 4 o 5 veces, permitiéndote soltar el peso que llevas.

Al terminar, abre los ojos y observa cómo te sientes. Este pequeño espacio para ti es un acto de cuidado y respeto hacia tus necesidades.

Recuerda que cuidar de ti misma es una necesidad. Pequeños gestos como este ejercicio de respiración pueden ser un primer paso para reconectar con tu cuerpo y tus emociones, y para empezar a soltar esa carga invisible que agota.